La exportación de café en Colombia

Escrito por Equipo de Redactores Legis el 7-septiembre-2021

 

Conoce la evolución que ha tenido Colombia en la producción y exportación de café.

 

Cuando se descubrieron las primeras plantas de café hace más de 300 años, no se pensó que iban a tener un impacto positivo en los productores de aquella época, los cuales han dejado su legado cafetero por generaciones.

 

Los Jesuitas llegaron a las Islas del Caribe en Venezuela en 1730 y, seis años más tarde, en el seminario de Popayán, se sembraron las primeras plantas de café en Colombia. 100 años más tarde Colombia exportó 2.592 sacos de 60 kilos, cada uno de un cultivo incipiente a través del puerto de Maracaibo, hecho que marcó el inicio de Colombia como un país cafetero.

 

Entre 1835 y 1875 se produjo la expansión del grano por los departamentos de Antioquía, Boyacá, Cundinamarca y Tolima. Gracias a las condiciones ambientales para su desarrollo, la producción cafetera en el país aumentó hasta el punto de producir 120.000 sacos de café trillado de 62 kg, de los cuales en su mayoría se exportaba por la vía de Maracaibo.

 

En 1870 con el declive del tabaco, el café tuvo gran incidencia en la balanza comercial, pues representó cerca del 17 % de las exportaciones y pese a las diferentes crisis presentadas años más tarde, el grano ascendió al 40 % en su comercialización en 1897, periodo de despegue del café.

 

Este ascenso del grano se empezó a dar entre 1888 y 1895 cuando se presentaron los mayores incrementos de la producción en todos los departamentos, especialmente en Antioquía y Cundinamarca, regiones que tuvieron tasas de crecimiento del 20.9 % y 21.6 % respectivamente según AsoExport. Este crecimiento se dio por la actividad de grandes empresarios que con el paso del tiempo observaron cómo la producción de café llegaba a 35.000 sacos anuales, pero que años más tarde por la caída del precio en los mercados y las zonas cafeteras como uno de los principales escenarios de la Guerra de los Mil Días, tuvo su primera crisis entre los años 1898 y 1905.

 

A partir de del siglo XX el café fue la estrella en el desarrollo nacional. La política cafetera brasileña, llevada a cabo entre 1906 y 1937, reforzó el precio al alza, beneficiando al café colombiano, por lo que los productores locales decidieron no retener las cosechas para no incurrir en costos extras y que el precio del grano se estancara. El auge cafetero ayudó a la modernización del transporte, construcción de vías, apertura de nuevas tierras, consolidación del sistema bancario y marcó el inicio de la industrialización.

 

Con la firma del Primer Convenio Internacional del Café en 1962 por 32 países, el volumen de exportaciones colombianas de café de sacos de 60kg de café verde tuvo un incremento del 16.12 %, pasando de una producción de 5.650 sacos anuales de este grano en 1961 a 6.561 sacos en 1962. En medio de las fuertes heladas que llevaron a Brasil a una crisis cafetera, se llevó a cabo la firma del Segundo Convenio Internacional del Café en 1976. La firma de este acuerdo provocó alza en el precio internacional de la libra llegando a siete dólares, beneficiando la producción y las exportaciones nacionales, las cuales para 1977 acumularon un total de USD 1.526 millones según la Federación Nacional de Cafeteros.

 

Como resultado del exceso de oferta de café en los mercados y la gran acumulación de inventarios por parte de los países importadores, se presentó una reducción en los precios de más del 70 % entre 1996 y 2002 según Bloomberg. La notable participación de Vietnam como productor de café hizo que fuera el segundo productor durante 1999 y 2000, lugar que ocupaba Colombia, quien años más tarde recuperó dicho puesto cuando la producción de Vietnam se redujo de 14,8 millones de sacos al año a casi 5 millones.

 

En el 2005 Cenicafé logró desarrollar una variedad de café que era resistente a varias enfermedades. Esta inmunidad le permitió aumentar la productividad entre un 10 y 15 % según la Asociación Nacional de Exportadores de Café de Colombia. Este aumento en la productividad, permitió que el café se convertirtiera en el primer producto colombiano en recibir una Denominación de Origen, un reconocimiento que hace el Estado al posicionamiento de un producto con un nombre geográfico que ostenta unas calidades específicas gracias a su origen geográfico (SIC).

 

En los últimos 5 años Colombia ha incorporado más países en su canasta exportadora, naciones que por tradición no tenían gran participación en la importación de café de origen colombiano. Un ejemplo de esto, es el incremento en el volumen de las exportaciones a Australia, que pasó de importar 137.000 sacos de 60kg de café verde en 2016, a 202.000 sacos de esta referencia en 2020, lo que representa un incremento del 47,2 %.

 

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Con el objetivo de incrementar la exportación del café en sus diferentes presentaciones, la Federación Nacional de Cafeteros ha desarrollado un procedimiento simplificado para que cualquier persona natural o jurídica pueda exportar café en pequeñas cantidades. A continuación, te explicamos cómo realizar la exportación:

  1. Registrarse como exportador de café ante la FNC cumpliendo con los requisitos que exige la federación.

  2. Se debe definir el operador postal – empresa de mensajería que se utilizará para la exportación.

  3. Ingresar al Portal Cafetero/Tienda en Línea con el fin de realizar el anuncio de exportación y generar el pago de contribución cafetera, para:
  • Café verde: 6,00 USD/Lb
  • Café tostado: 1,08 USD/Lb
  • Café soluble: 0,48 USD/Lb
  • Extracto: 0,36 USD/Lb
  1. Se debe solicitar los certificados correspondientes a las autoridades competentes: ICA, Invima, entre otros, según el país de destino y los requerimientos del cliente.

  2. Empacar la mercancía cumpliendo los requisitos de seguridad y conservación del producto.

 

Gracias a las diferentes programas y hechos internacionales, el café colombiano se ha sostenido a lo largo del tiempo por dos factores.

  1. La firma de diferentes acuerdos comerciales ha protegido el precio del café a largo plazo, hecho que beneficia a las pequeñas familias productoras de café que, al momento de vender sus cosechas, reciben buenos pagos.

  2. El legado cafetero de las familias campesinas que por generaciones se ha peservado, lo cual evidencia la unidad familiar y enfoca su economía a la subsistencia, haciendo de esta el motor de desarrollo en varias regiones del país.

Hasta la fecha Colombia ha exportado más de USD 1.125 millones en valor FOB de cafés sin tostar y descafeinar, y se espera que para los próximos meses se aproveche el incremento en los precios y así se superen los valores registrados en el 2020 cuando, en medio de la pandemia, Colombia exportó cerca de USD 2.445 millones en valor FOB.

 

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