¿Cómo afectan las construcciones al medio ambiente?

Escrito por Equipo de Redactores Legis el 30-marzo-2022

 

¿Cómo mitigar las afectaciones de las construcciones al medio ambiente?

 

Aunque cada región puede formular su propio Plan de Ordenamiento Territorial a partir de sus necesidades y particularidades, es claro que hay aspectos que todos deben contemplar. La seguridad de los ciudadanos es clave, así como una adecuada coexistencia entre el desarrollo urbano y el medio ambiente. No es para menos, la construcción ha sido un factor determinante en la deforestación, pues erigir complejos de vivienda, centros comerciales y otro tipo de edificaciones ha implicado el sacrificio de campos, zonas verdes y millones de árboles, por decir lo menos.

 

Sucede que sin un orden claro y unos límites establecidos, el crecimiento desmesurado de las urbes atenta contra el medio ambiente, como lo demuestra la escasez de parques y áreas verdes que “refrescan” el paisaje urbanístico.

 

La buena noticia es que, alineados con los nuevos tiempos y las necesidades ambientales, los nuevos POT (el de Medellín, en 2014, y el de Bogotá, que acaba de formularse), destinan capítulos importantes a la conservación del ecosistema y al respeto a los “pulmones” que conservan las ciudades. En efecto, la prevalencia de los espacios verdes es un factor de suma relevancia.

 

Adicionalmente, plantean protocolos de sostenibilidad, reciclaje y manejo de residuos para mitigar el impacto ambiental que tienen las construcciones y sus procesos logísticos. Lo cierto es que cualquier tipo de edificación ocasiona un daño ambiental que aunque sea poco perceptible, es acumulativo y puede darse por estos cuatro factores principales:

 

  1. Por la ocupación del terreno: es claro que poner un área en condiciones óptimas para la construcción tiene serias implicaciones ambientales. Es preciso sacrificar prados, plantas y árboles que, en el mejor de los casos, son reubicados en otros enclaves. A ello se suma la cimentación del terreno, que requiere la remoción de tierra y la penetración de maquinaria para implantar materiales que puedan soportar y sujetar las estructuras. Esto sucede en una casa pequeña, un colegio, un estadio, un hospital o cualquier tipo de edificación. Eso sí, cuanto más área ocupe, mayor será el daño en el ambiente.

  2. Por la contaminación: los materiales que se emplean traen de por sí huella de carbono en su fabricación. Otros llevan agentes tóxicos y contaminantes de la capa de ozono y en su elaboración y transporte se usan combustibles fósiles.

  3. Por la explotación de los recursos naturales: la naturaleza sigue siendo proveedora de algunos insumos, como la madera, la piedra o la arena. La excavación de las canteras, la tala de árboles y la búsqueda de rocas (incluso en los ríos) causa un claro impacto en el ambiente, a pesar de que la industria haya logrado materiales que emulan sus características.

  4. Por los procesos logísticos: la movilización de los escombros y el transporte de obreros, materiales y maquinaria, entre otros, acude a recursos no renovables, como la gasolina y el diésel. A ello se suma la contaminación que generan las emisiones de los vehículos y algunas máquinas.

    Los Planes de Ordenamiento Territorial y los nuevos sistemas de construcción deben velar por la búsqueda de soluciones que causen menor afectación el ecosistema. Las energías renovables en el campamento de obra, como lo vimos en nuestra revista Consrudata 201, y el uso de vehículos eléctricos son de suma relevancia, de la misma forma que la recolección de aguas lluvias. Reutilizar materiales de construcción en buenas condiciones, comprar maderas a empresas que certifiquen procesos de reforestación y reciclar son medidas de fácil implementación, así como asegurarse de que los escombros sean vertidos en los lugares designados, y no en los ríos, humedales o zonas verdes.

 

En suma, se trata de hacer construcciones sostenibles y conscientes, que respeten el entorno y se articulen con él, dejando espacios verdes donde crezca la vegetación.

 

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