La economía circular en Colombia
Siguiendo la línea de los anteriores blogs donde venimos hablando de economía circular y la forma como el mundo y las regiones vienen abordando el tema, en esta oportunidad me referiré a la manera como Colombia plantea una estrategia nacional de economía circular a partir de unos elementos que fortalecen el modelo de desarrollo económico, ambiental y social y como las empresas enfrentan el reto de llevar sus productos a un mercado internacional donde desde su fabricación, deben implementar procesos sostenibles y amigables con el medio ambiente, para de esta manera ofrecer valores que le permitan aprovechar los aspectos positivos del comercio internacional o por el contrario enfrentarse a la no aceptación de sus productos en otros países.
No es un secreto que el progreso económico y social está destruyendo el medio ambiente y poniendo en peligro los sistemas de los que depende el desarrollo económico, social y la supervivencia. Recientemente me encontré con un documento de la Organización de Naciones Unidas, resultado de la conferencia sobre el agua donde llama la atención que uno de los objetivos fijados por la ONU es el de garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles, y es que, en efecto, el tema no debe tomarse a la ligera; estudios afirman que para 2050 se necesitaría el equivalente a tres planetas para proporcionar los recursos naturales necesarios para mantener el estilo de vida que conocemos actualmente; en efecto, el consumo mundial de combustibles fósiles, metales y minerales se duplicará en los próximos 40 años y los desechos anuales del mundo se incrementarán en 70%.
Pero la ONU no es el único organismo internacional que ha advertido sobre el tema; la Unión Europea se encuentra empeñada en promover el crecimiento sostenible estableciendo una serie de iniciativas y políticas de la Comisión Europea para hacer que la Unión Europea en 2050 sea climáticamente neutral. Es así como la Comisión diseñó un plan de acción para la economía circular conocido como Estrategia industrial UE, que busca modernizar y transformar la economía, protegiendo al mismo tiempo el medio ambiente.
En este punto vale la pena recordar que la Economía Circular es un modelo que plantea la regeneración y restauración de ecosistemas a través de un cambio de producción y consumo que evita la generación de residuos desde su diseño.
La apuesta es que las empresas conviertan la producción en un principio guía en los negocios; se trata de gestionar las empresas dentro de un marco de lo que se denomina Responsabilidad Social Empresarial que no es otra cosa que una conducta y un compromiso de las empresas en lo económico, ambiental y social.
La UE plantea un marco legal cada vez más exigente; Alemania aprobó la Ley de debida diligencia en la cadena de suministro y la Comisión de la UE implementó el reglamento europeo sobre productos libres de deforestación, la Ecolabel o sistema de etiqueta ecológica, la Green Public Procurement criteria (GPP), que impone criterios ambientales claros y verificables para productos y servicios en el proceso de contratación pública, la Ecodesign Directive que regula la eficiencia energética y algunos temas de circularidad relacionados con productos energéticos.
En resumen, actualmente para las empresas resulta habitual hablar de conceptos como durabilidad, reúso, reparabilidad, incremento de materiales reciclados, remanufactura y reciclaje, reducción de huellas de carbono, restricción del “single-use” en fin prácticas que buscan la sostenibilidad a través de una transformación industrial.
Esto significa que las obligaciones legales para los importadores europeos se traducen en obligaciones comerciales y contractuales para sus proveedores donde las tendencias de mercado y de consumo están marcadas por una preocupación por el medio ambiente, el uso del agua y la energía, la biodiversidad, la reducción del uso del plástico/zero waste, el uso de químicos, los embalajes, los desperdicios, el cumplimiento de estándares sociales y el respeto de los derechos laborales.
¿Qué pasa en Colombia?
Plan Nacional de Negocios Verdes
A través del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, se dio a conocer el Plan Nacional de Negocios Verdes que fija la hoja de ruta del gobierno en materia ambiental para el periodo 2022-2030; esta propuesta no es nueva, el plan se formuló desde 2014 y este gobierno lo actualizó para definir los lineamientos y suministrar las herramientas que permitan planificar negocios verdes y sostenibles.
Esta versión, es resultado del trabajo entre el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, las Corporaciones Autónomas Regionales, los Institutos de Investigación, los productores y las entidades públicas y privadas relacionadas con los Negocios Verdes en el país y debe entenderse como un instrumento basado en actividades que se desarrollen desde las regiones para consolidar Negocios Verdes tanto en el ámbito nacional como internacional.
En palabras del Minambiente, “busca potenciar las ventajas comparativas ambientales en cada una de las regiones y permite que el ambiente sea una variable activa en la competitividad del país. A su vez, el programa brinda los parámetros para orientar, articular y contribuir a la implementación, consolidación y fortalecimiento de la oferta y demanda de productos y servicios verdes a nivel regional, nacional e internacional.”
En su visión para el año 2025, el Plan Nacional de Negocios Verdes contempla que estos estarán posicionados y consolidados como un nuevo renglón estratégico de impacto en la economía nacional.
Estrategia Nacional de Economía Circular (ENEC)
La ENEC, es una apuesta del gobierno nacional que invita a repensar el modelo de desarrollo, en línea con la propuesta del Plan Nacional de Desarrollo “Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad” que actualmente se encuentra en trámite legislativo.
La apuesta es promover la sostenibilidad como modelo estratégico en el sector empresarial y un cambio en la forma de consumir; vivimos dentro de un modelo económico lineal donde usamos y desechamos, pero con la economía circular aprovecharíamos al máximo los materiales para alargar su ciclo de vida útil.
En materia de sostenibilidad a 2030, Colombia debería reducir el 20% de emisiones de CO2, aprovechar el 30% más el material de envases y empaques e incrementar la productividad hídrica en un 15%. Podemos afirmar que la Estrategia Nacional de Economía Circular consiste en identificar iniciativas y modelos circulares que impulsen la productividad, sostenibilidad y equidad social priorizando flujos de materiales industriales y de consumo masivo, envases y empaques, agua, materiales de construcción, etc.
Este nuevo modelo de producción y consumo tendrá un gran impacto en el mercado durante los próximos años
Es claro que los negocios hoy por hoy deben planificarse para que brinden soluciones prácticas a problemas sociales y ambientales.
Según Naciones Unidas, la economía circular ofrece oportunidades de creación de valor a nivel industrial, es así como se espera que el mercado de los envases retornables crezca de 37.000 millones de dólares en 2018 a 59.000 millones en 2026.
En el país, según cifras del Comité Consultivo del Pacto por los Plásticos en Colombia (Cempre), la industria utiliza 700.500 toneladas de envases y empaques plásticos, de los cuales tan solo son aprovechados el 32%, es decir, 223.300, y al final, solo son reincorporados al mercado 23.200.
La transición hacia una economía circular en el mundo plantea un reto para empresarios y líderes dentro de las organizaciones, propone un nuevo modelo de producción y consumo que será de los de mayor impacto en el mercado durante los años venideros; la presencia comercial de Colombia en el mercado internacional dependerá de los ajustes que las empresas hagan para cumplir con las exigencias impuestas por países desarrollados que solo comprarían bajo los parámetros impuestos por su normativa ambiental y laboral.
A manera de conclusión, les dejo unos datos producto de estudios reunidos por las Naciones Unidas, según los cuales la transición a una economía circular podría generar un beneficio económico neto de 1,8 billones de euros para Europa en 2030, un valor anual de aproximadamente 624.000 millones de dólares en la India para el año 2050 y en América Latina y el Caribe permitiría un incremento neto de 4,8 millones de puestos de trabajo en la región.
