Controlar el consumo de energía es una de las claves de los edificios inteligentes
Hay quienes los consideran un capricho, un lujo o hasta un fenómeno de moda; otros más creen que son cosa de “geeks”, esos aficionados a la tecnología que quieren estar al día con las últimas tendencias y novedades. También están quienes opinan que son parte de una estrategia de mercadeo para vender más viviendas y a mayor costo... ¿Verdadero o falso? En las siguientes líneas, les vamos a contar para qué sirven los edificios inteligentes.
Partamos de la base de que no se trata de construcciones hechas para ganar estatus, por lo que no son una marca ni un referente. Son edificaciones erigidas con criterios de sostenibilidad y conciencia ambiental a partir de la incorporación de dispositivos tecnológicos. Es decir, los edificios inteligentes tienen propósitos claros y consistentes.
Su origen se remonta a los años setenta, cuando se presentó la mayor crisis energética mundial de la historia reciente. Para entonces, con un planeta y una economía a punto del colapso, los ingenieros y arquitectos trabajaron en llave en la búsqueda de alternativas de ahorro de energía en sus construcciones. Es decir, garantizando un menor consumo de luz y agua en los edificios y casas, con sistemas de control que permitieran “dosificar” y vigilar el uso de estos insumos y fuentes de energía.
Para ello, incorporaron paneles solares y racionalizaron el consumo de energía a partir del uso y la ocupación de los apartamentos o áreas de la casa, con mecanismos de encendido y apagado para la luz, la calefacción, la ventilación y la seguridad, entre otros. El resultado fue una significativa reducción en el consumo y con ello, un gran ahorro de dinero. En otras palabras, los edificios inteligentes sirven para eliminar el derroche de energías y recursos, que son la base de sostenibilidad.
Hoy, con dispositivos más sofisticados, como los sensores digitales, es posible recoger información sobre los hábitos de uso y de consumo de los habitantes de una edificación, de manera que se usen para programar funciones como la iluminación, el riego de las plantas de los jardines o los controles de acceso y seguridad. Dicho de otra forma, reservar el uso de energía para cuando el sensor se active.
Entonces, ¿para qué sirven los edificios inteligentes? Te lo resumimos a continuación:
- Reducen el consumo de energía y mitigan la huella de carbono
- Ahorro de dinero, pues ayuda a rebajar los costos de energía
- Permite crear planes de mantenimiento, pues permite monitorear los problemas que surjan en el edificio y anticiparse a ellos
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