Primera década del TLC Colombia Canadá

Escrito por Aníbal Uscátegui el 23-septiembre-2021

 

Conoce el comportamiento del comercio y la inversión por el TLC de Colombia y Canadá

 

El 15 de agosto se cumplieron 10 años del ingreso de Colombia al mercado de una de las economías del G7. En efecto, hace una década se concluyó una de las negociaciones más esperadas por Colombia teniendo en cuenta las particularidades del nuevo socio comercial; se trataba ni más ni menos que de Canadá, uno de los países más ricos del mundo, considerado el quinto importador en el ranking mundial, miembro del G7 y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), membresías que le otorgan un peso político y económico más que destacado.

 

Canadá cuenta con 37.5 millones de consumidores con uno de los más altos poderes adquisitivos del mundo, y con importaciones que duplican las de los EE.UU. En 2020, Canadá importó USD405 billones, más que los 4 países del Mercosur y que los 7 países que conforman Centroamérica.

 

Canadá resultaba para Colombia sumamente atractivo y fácil de conquistar al ser un país de fácil acceso a los consumidores dadas ciertas características:

  • El 80 % de la población es urbana y vive en Toronto, Montreal, Vancouver y Calgary.
  • Excelente infraestructura de transporte de mercancía multimodal.
  • El consumidor canadiense es abierto a productos importados, 1 de cada 5 canadienses es inmigrante.
  • Desempeño económico de los mejores en la región según proyecciones del Fondo Monetario Internacional.

Las expectativas hace 10 años

La gran apuesta de los países fue por la integración de los ecosistemas empresariales y la cooperación en el desarrollo de políticas sociales.

 

Y es que las expectativas eran tan altas, que el Departamento Nacional de Planeación (DNP) calculó al momento de la entrada en vigor del acuerdo, un aumento adicional del PIB nacional de 0,06 %, un crecimiento del 0,21 % en las exportaciones, y de 0,08 % en las importaciones, así como la llegada de capitales para proyectos en los sectores de telecomunicaciones, servicios financieros y minería, entre otros.

 

Fue una negociación donde se acordaron, además del intercambio de bienes en condiciones arancelarias favorables, temas de inversión, beneficios para las pequeñas y medianas empresas, reglas para proteger los derechos de los trabajadores y la obligación de mantener altos niveles de protección ambiental. Para lograr los fines propuestos, la Comisión del Tratado se comprometió a revisar periódicamente su impacto para de esta manera establecer acciones de mejora.

 

Para los empresarios colombianos este tratado representó oportunidades en sectores como aceites y grasas, alimentos de mar, azúcar, bebidas no alcohólicas, cacao, cigarrillos, confitería, flores, frutas frescas, proteínas concentradas, productos de panadería, vegetales frescos, manufacturas asociadas a autopartes, baterías para automóviles, pastillas para frenos, plásticos, productos de cerámica, preparaciones de aseo personal, pisos cerámicos, mármoles y piedra, fibra de vidrio y aisladores eléctricos; para el sector textil-confección, en hilados y fibras sintéticas; trajes para hombre, ropa interior, vestidos de punto y de baño; y artículos de cuero, productos de dotación de oficinas, productos de limpieza amigables con el medio ambiente, alimentos saludables, etc.

 

En materia de servicios, las oportunidades aparecieron en las áreas de desarrollo de software y computación; medio ambiente, lingüística, diseño y arquitectura, animación en segunda y tercera dimensión, consultoría, telemedicina, call centers, traducción en línea, procesamiento de datos, informática y otros servicios relacionados con software y telecomunicaciones.

 

EL TLC abrió un panorama que permitiría la exportación de 8.255 productos libres de arancel, un 98 % del total negociado quedando excluidos productos como el azúcar con un programa de desgravación arancelaria a 17 años o los lácteos y avicultura, que no fueron negociados, pero gozan de tratamiento de nación más favorecida. 

 

La realidad 10 años después

En la realidad, a lo largo de estos 10 años, en lo que tiene que ver con intercambio de bienes, se han exportado 415 productos nuevos por montos mayores a los USD1.000, de los cuales 221 pertenecen a metalmecánica y otras Industrias, 78 a agroalimentos, 59 a químicos y ciencias de la vida, y 57 a moda; 514 nuevas empresas han reportado negocios por montos iguales o mayores a USD10.000, de las cuales 278 pertenecen a agroalimentos, 112 a moda, 94 a metalmecánica y otras Industrias y 30 a químicos y ciencias de la vida.  

 

Algunos de los productos con mayor crecimiento anual compuesto son cosméticos y productos de aseo (81 %); material promocional (68 %); aceites y grasas (51 %); otros pecuarios (47 %); instrumentos y aparatos (26 %); papel y cartón (24 %), y banano (17 %). El café, las flores, las plantas vivas, las frutas y hortalizas procesadas también aumentaron sus exportaciones.

 

No obstante, a pesar de que el comercio bilateral ha crecido 20 %, según un informe de la Cancillería de Colombia, la balanza comercial de Colombia con Canadá ha sido deficitaria en la mayoría de años. Solo a manera de ejemplo, en el 2012 el déficit fue de USD600 millones, de USD209 millones en el 2017 y de USD375 millones en el 2019, solo en 2018 donde se observó un superávit de US 87 millones.

 

Para agosto del 2020, desde que el TLC comenzó a regir, las exportaciones colombianas a Canadá sumaban más de USD4.750 millones, pero las importaciones de productos y servicios canadienses a Colombia superaron los USD7.700 millones. 

 

En estos 10 años la balanza comercial ha sido deficitaria para Colombia y aunque como vimos se han ingresado varios productos colombianos nuevos para la exportación, la diversificación no ha sido tan jugosa como se había prometido ni ha cumplido las perspectivas esperadas.

 

El caso Eco Oro versus la República de Colombia

Colombia también ha tenido que asumir problemas jurídicos, en el 2016 la empresa Eco Oro Minerals Corp demandó al Estado colombiano por la prohibición de la actividad minera en el Páramo de Santurbán con el argumento de que el Estado colombiano violó el capítulo 8 del Tratado al adoptar medidas que impedían a la multinacional desarrollar minería en el Páramo. Según Eco Oro, se quebranta el nivel mínimo de trato previsto en el TLC entre Canadá y Colombia, y se configura una “expropiación indirecta e ilegal, y el trato injusto y no equitativo” de parte del Estado colombiano. Las pretensiones de esta empresa ascienden a los USD764 millones.

 

A la fecha, está pendiente la decisión del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI) que fallará la demanda. Además, y como si fuera poco, existen dos arbitrajes internacionales de inversión adicionales iniciados por las mineras Red Eagle y Galway, en los que también se cuestionan las medidas destinadas a prohibir la minería en el Páramo de Santurbán que podrían generar pagos indemnizatorios por parte de Colombia.

 

Con todo, el Tratado ha presentado avances que no se pueden todavía medir en términos económicos, veamos:

 

Cambios en el marco general del TLC durante la pasada década

El TLC se ha convertido en un mecanismo de acercamiento político y de colaboración entre los países tal como se desprende de los acuerdos en materia laboral y ambiental, así mismo ha permitido que los empresarios noten que están más cerca de lo que creen.

 

Los mercados, las industrias y las tecnologías van evolucionando de manera que es fundamental la adecuación a las nuevas realidades por parte de la Comisión Conjunta que ha celebrado 4 reuniones en las que se han adoptado decisiones importantes que buscan enriquecer el marco dentro del cual se desarrolla el Tratado para darle mayor impulso. Veamos:

 

Alineación los códigos HS o Clasificación Arancelaria:

El código HS es un código específico recogido en el Sistema Armonizado (SA) desarrollado a nivel internacional por la Organización Mundial de Aduanas, que permite identificar el producto que estamos importando/exportando para determinar la tarifa arancelaria. 

 

En el capítulo de procedimientos de origen y facilitación del comercio: 

  • Se establecieron reglas de origen especiales para productos agropecuarios, textil-confección, calzado, y siderurgia, principalmente.
  • Se incluyeron disposiciones sobre transparencia y agilidad en los procedimientos de retiro de mercancías antes del pago de impuestos; esquemas de cooperación entre autoridades aduaneras; despacho rápido de mercancías de bajo riesgo, etc.

 

En el Capítulo de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias:

  • Se acordaron disposiciones sobre reconocimiento mutuo, equivalencia, evaluación de riesgo.
  • Se creó un Comité para facilitar el acceso de productos agropecuarios y alimentos. 

 

En lo relativo a Obstáculos Técnicos al Comercio:

Se acordaron disposiciones sobre normas, reglamentos técnicos y procedimientos de evaluación de la conformidad para fomentar el comercio y evitar barreras encubiertas. 

 

En el capítulo de Contratación Pública:

  • Se establecieron reglas sobre no discriminación en las Compras Públicas que cubre las entidades del ámbito central en ambos países.
  • Se obtuvo acceso para los empresarios colombianos a un mercado de USD17.000 millones. 

 

En Comercio Electrónico:

  • Se estableció una regulación para evitar pago de aranceles y cargos al comercio de productos por medios electrónicos;
  • En asuntos laborales y medioambientales, se convino no estimular el comercio o la inversión a través del debilitamiento o reducción de la protección de las legislaciones nacionales. (Se desarrollan mayores compromisos en los Acuerdos sobre estas materias). 

 

En Cooperación:

Se creó un mecanismo permanente para fortalecer las capacidades comerciales y lograr el aprovechamiento del Acuerdo.

 

La visión del Canadá, oportunidades de inversión y un futuro prometedor

La Consejería Económica y Comercial de la Embajada de Canadá en Colombia ha manifestado que gracias al TLC el inversionista canadiense tiene la garantía de que el gobierno colombiano no adoptará medidas discriminatorias y por el contrario recibirá el mismo trato que una empresa colombiana. Adicionalmente, el TLC fomenta y protege la inversión canadiense con disposiciones que prohíben la expropiación, resguardan la propiedad intelectual, y permiten el acceso al arbitraje internacional. Para el gobierno Canadiense el TLC establece un marco legal y regulatorio que genera confianza en el mercado colombiano.

 

Como si fuera poco, la firma casi simultánea de un acuerdo para evitar la doble tributación se convierte en un estímulo para el inversionista canadiense que no tiene que pagar el impuesto sobre la renta dos veces, lo que se refleja en el hecho de que hoy en día más de 100 empresas canadienses se han domiciliado en Colombia.

 

Para Canadá, Colombia goza de estabilidad, política y económica en una región históricamente inestable lo que sumado al hecho de que la economía colombiana es la tercera en América Latina, el segundo mercado hispano del mundo después de México, con una ubicación geográfica con acceso al Pacifico y al Atlántico, el punto de entrada a América del Sur para llegar a mercados de Latinoamérica y el Caribe, el país con menos restricciones a la inversión extranjera en la región, y miembro de la OCDE, vuelven al país sumamente atractivo como destino de inversión.

 

En efecto, entre el 2016 y el 2020, la inversión canadiense en Colombia sumo USD4.1 billones, posicionando a Canadá como el cuarto inversionista extranjero lo que refleja la confianza de las empresas e inversionistas canadienses.

 

Para Canadá, el TLC ha dado resultados positivos incrementando el comercio a doble vía, diversificando la canasta exportadora, facilitando la movilidad empresarial y la inversión.

 

A futuro, teniendo en cuenta que los dos países son líderes en el sector minero energético y buscan diversificar la oferta exportable y ambos son países agrícolas que no van a dejar de lado los sectores tradicionales, Canadá se mantendrá como proveedor confiable de trigo, granos, garbanzos y lentejas, y está tratando de acceder al mercado colombiano en el área de genética bovina. En el sector minero-energético, Canadá mantendrá una posición dominante, pero está buscando oportunidades en tecnologías limpias, energía renovable, aguas residuales, reducción de emisión de gases etc. siempre de acuerdo con lo acordado en materia ambiental y minero-energética.

 

Por su parte, Colombia podría explorar mercados en el sector agroalimentario de frutas y vegetales, frescos o congelados, en productos orgánicos que responden a las preferencias del consumidor canadiense, en el sector de servicios de software, animación, videojuegos y todo aquello que pertenece a las industrias 4.0., o de la cuarta revolución industrial como blockchain o inteligencia artificial.

 

Cómo se ha comportado el comercio con Canadá en la post pandemia

Entre enero y mayo de 2021, las exportaciones colombianas hacia Canadá aumentaron un 70%. Las exportaciones de industrias 4.0, es decir, las relacionadas con la producción y operación de tecnologías inteligentes, registraron el mayor incremento, pasando de USD220.000 entre enero y abril del 2020, a USD5,2 millones en el mismo periodo del 2021.

Así mismo Canadá ha buscado generar recursos para el manejo de la crisis de refugiados venezolanos apoyando programas sociales y ha donado recursos para atender la crisis del Covid-19.

 

El futuro de la relación con Canadá

En materia de integración lo que esperaríamos es el ingreso de Canadá como estado asociado de la Alianza del Pacífico y si bien las exportaciones colombianas han aumentado, aún queda mucho mercado por explorar. Y es que no podemos olvidar que los empresarios colombianos pueden exportar 8.255 productos libres de arancel, los cuales representan 98 % del total de los bienes pactados dentro del acuerdo.

 

Procolombia ha afirmado desde su presidencia que “Canadá es un socio comercial estratégico para Colombia y los resultados de intercambio de bienes y servicios durante la primera década del acuerdo lo ratifica. De igual forma, priorizamos a Canadá dentro de nuestro plan de reactivación económica segura, que lidera el Ministerio de Comercio, y que ejecutamos desde ProColombia”.

 

Para Canadá el resultado ha sido mucho más satisfactorio, sus exportaciones anuales superan los USD800 millones que incluyen productos no minero energéticos como trigo, lentejas y garbanzos y vende cerca del 40 % de las leguminosas que se comercializan en el mercado internacional sin olvidar que ingresará al mercado de genética bovina sin perder el liderazgo en el sector energético a través de la transición hacia energías limpias.

 

También la inversión extranjera ha crecido considerablemente; más de 100 firmas canadienses hacen parte del ecosistema empresarial colombiano, 29 mineras cotizando en la bolsa de Toronto tienen operación en Colombia, 24 proyectos de inversión que entre el 2016 y el 2020 movieron capital hacia Colombia por más de USD4.100 millones.

 

Canadá es un ejemplo de eficiencia en aprovechamiento del TLC, Colombia por su parte si bien ha incrementado el comercio con este país, todavía tiene mucho camino que recorrer para lograr un resultado superavitario en la balanza comercial con Canadá, para lograrlo tiene que llevar su oferta exportadora a otro nivel donde diversifique aún más los productos que puede ofrecer y así salir del círculo vicioso de los mineroenregéticos sin dejar de lado la exportación de servicios.

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