¿Por qué es tan importante el Plan de Ordenamiento Territorial?
Con tantos defensores como detractores y una polémica servida en torno a sus límites y alcances, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, dio su espaldarazo definitivo al Plan de Ordenamiento Territorial, POT. Y aunque ha habido tantas noticias al respecto, pocas ahondan en un aspecto verdaderamente importante: qué es el POT y qué beneficios reporta al sector constructor. Pues bien, empecemos por aclarar que es la herramienta clave para el desarrollo urbano, pues contempla todo lo que tiene que ver con el uso del suelo. Con la Ley 388 de 1997 (Ley de Desarrollo Territorial) se creó el Plan de Ordenamiento Territorial como un instrumento técnico y normativo para ordenar la ocupación humana en cada territorio, de manera que no hablamos de un solo POT sino de varios, para diferentes regiones dadas sus particularidades y necesidades. La mayoría de estos planes fueron aprobados entre los años 2000 y 2003, con una vigencia de 12 años. Los alcaldes de los municipios y distritos son los encargados de formular los POT, y los consejos municipales o distritales de aprobarlos. Los asuntos ambientales deben ser avalados por Corporaciones Autónomas Regionales.
Sin embargo, más del 80 % de los POT perdieron vigencia. Solo el de Medellín es nuevo (2014 - 2027).
Con todo, el Plan de Ordenamiento Territorial ayuda a planificar el crecimiento de las ciudades, pues es clave para establecer las zonas aptas para la vivienda, el comercio, la industria, los equipamientos, las actividades productivas, los lugares de patrimonio, culturales y de esparcimiento y los perímetros de las zonas protegidas. En pocas palabras, contempla las características del territorio para establecer una suerte de “mapa” con zonas que, por sus particularidades, resulten aptas para cada tipo de construcción y uso. Desde luego, las áreas verdes y protegidas, así como los criterios de sostenibilidad y menor impacto ambiental, están contemplados en el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial, pues su objetivo es el de construir una ciudad más moderna, amable y funcional, sin causar ningún impacto negativo. En arquitecto Jorge Ochoa, experto en temas de urbanismo, lo explica en el primer artículo de la serie sobre el POT publicado en la revista Construdata: “El ordenamiento territorial permite contar con un diagnóstico espacial que da contexto y mejora las planificaciones sectoriales, incorpora procedimientos formales de participación legitimando la toma de decisiones, explica los objetivos territoriales sectoriales previendo los potenciales conflictos y coordina las diferentes demandas territoriales”.
Es, además, el orientador de las decisiones que toman los alcaldes. La planificación del territorio sirve como soporte para gestionar los recursos adicionales de financiación ante las entidades del Estado, que permiten la ejecución de proyectos e infraestructuras. Permite un uso racional del suelo, así mismo las condiciones para el reparto equitativo de cargas y beneficios, relación equilibrada con el medio ambiente, preservación del patrimonio cultural, fortalecimiento de los agentes que influyen en el mejoramiento de la calidad de vida y la generación de recursos propios.
Su relevancia es indiscutible; en efecto, el ordenamiento territorial posibilita un conocimiento general de las características del territorio, valorando los recursos naturales con el fin de orientar sus posibles usos, estableciendo áreas de oferta y prioridades, de modo que el uso del territorio sea el más adecuado a sus características.
Permite también contar con un diagnóstico espacial que da contexto y mejora las planificaciones sectoriales, incorpora procedimientos formales de participación legitimando la toma de decisiones, explica los objetivos territoriales sectoriales previendo los potenciales conflictos y coordina las diferentes demandas territoriales.
El ordenamiento territorial aclara las dinámicas del desarrollo y las independencias de los sectores entre sí y con el territorio. Constituye una herramienta integral para lograr un desarrollo territorial armónico y es una carta de navegación para las inversiones públicas y privadas.
